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Pensado a «cuatro manos» por Alberto y Francesco Meda,
Medameda elige un lenguaje tranquilizador y compuesto:
«intentamos diseñar objetos con una imagen simple y unitaria,
productos que no griten» dicen los diseñadores. «Evitamos las
extravagancias formales prestando una atención especial a la
eficacia de las relaciones entre los distintos componentes de los
objetos y entre los objetos y quienes los utilizan».
Nace así una colección de líneas orgánicas y fluidas, pero
nunca sobrediseñadas, que en parte debe su transversalidad a la
interacción entre las dos generaciones de diseñadores que la han
ideado, padre e hijo.
El valor de esta colaboración adquiere por otro lado un
carácter simbólico reevocando el ADN de una empresa con una
gran tradición familiar, en la que los proyectistas han encontrado
un excelente interlocutor tanto desde el punto de vista de la
sensibilidad proyectual como a nivel de disponibilidad y habilidad
técnica a la hora de acoger y desarrollar el proyecto.
La organicidad de Medameda parece emanar naturalmente
de estas sinergias, que se traducen en eficiencia, durabilidad y
fiabilidad de la colección.
MEDAMEDA
