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una situación, cuando en realidad era todo
lo contrario. La selección fotográfica, además
de documentar una realidad que es muy dura,
está llena de optimismo y de visiones tremen-
damente sugerentes. Las imágenes invitan a
la acción, son propuestas innovadoras que
han sabido descubrir en estas arquitecturas
acciones reveladoras.
CQ: Es verdad que en un momento nos
asustó que, al trabajar con tantas obras y
proyectos, la muestra se convirtiese en una
absoluta cacofonía y que no hubiese una
sensación de unidad. El reto era dar una
sensación de unidad al conjunto.
IC: Sí, eso ha sido lo más complicado. Re-
cuerdo que lo primero que hicimos fue visitar
el pabellón para encontrar un diálogo con lo
ya existente y un balance de medios entre la
cantidad de arquitectura que teníamos que
producir frente a la que ya existía. Lo que
la gente entiende después de ver el pabellón
es que es un muy buen edificio, un espacio
que funciona como debe y, al mismo tiempo,
que la exposición está construida con muy
pocos recursos.
CQ: A mí me sorprendió mucho cuando se
comentó que esta exposición había conse-
guido devolver al edificio, o a la percepción
del mismo, una dignidad que en otras mues-
tras había quedado oculta. Para nosotros
era el mejor contenedor posible para esta
exposición.
IC: Es fantástico porque es muy versátil.
Me acuerdo cuando decidimos que no que-
ríamos una exposición estática, lo que nos
llevó a la idea del movimiento de ciertas
estructuras, y por eso incorporamos el pe-
queño motor que elevaba toda la estructura
de las fotos. Hoy, la sala de exposiciones se
transforma en un salón de actos improvisado
para debates, coloquios o mesas redondas,
y permite así ese intercambio de ideas que
tanto se persigue en esta bienal.
CQ: La altura del espacio central es ex-
traordinaria; fue una suerte encontrarlo des-
nudo y poder descubrir sus posibilidades.
IC: Esto enlaza con un tema que estos
días se ha comentado bastante y que es el
peligro de caer en la estética de lo pobre, de
lo destruido, en algo quizá más banal. En un
principio quisimos desnudar los muros para
sacar a la luz el ladrillo, pero ahora, después
de estos meses, creo que hubiese sido una
equivocación, ¿no te parece?
CQ: Hubiese sido un error, además de
una ficción: los pantalones se tienen que
desgastar por el uso, no hay que forzarlos
para que parezcan usados.
La exposición de fotos y axonometrías
podría pecar de escueta, pero en realidad, la
información presentada físicamente al modo
de una instalación artística es sólo la punta
del iceberg de una gran colección de datos
y obras recopiladas tras un proceso abierto
de selección y que se pueden indagar en la
página web del pabellón, de manera que se
producen varios niveles de lectura y hace
que tenga un carácter sintético y directo,
volviéndola muy intuitiva.
IC: Queríamos que el mensaje se pudie-
se leer a varias velocidades: hay gente que
quiere quedarse con un mensaje claro desde
el principio, intuible en menos de treinta
segundos, pero hay otros que prefieren pro-
fundizar en las obras y aprender de ellas. Yo
estoy bastante satisfecho de los tres niveles
de percepción, que empiezan en el pabellón
y terminan en la página web.
CQ: Había mucha información, es cierto,
y había que ser muy generoso con esa infor-
mación. Por ello tenemos que revisar cómo
ha funcionado la web estos días, para enten-
der así cómo ha funcionado la exposición.
IC: Hay temas polémicos y difíciles, quizá
sin una respuesta clara. Cuando estuvo vi-
sitando el pabellón, Rafael Moneo dudaba
de algo que para nosotros había sido muy
importante desde el principio: encontrar un
formato en el que todas las obras se exhi-
biesen al mismo nivel. Nosotros elegimos
una fotografía y una axonometría. Él se pre-
guntaba hasta qué punto esta información
resulta suficiente para entender una obra. Y,
sin embargo, nosotros teníamos claro que
era más importante la unidad del conjunto
que la jerarquía.
CQ: Exacto, tener la sensación de que
había una forma de actuar compartida.
IC: No queríamos mostrar a un arquitecto
en concreto, o a una escuela en particular,
sino transmitir un mensaje. Un mensaje po-
sitivo y abierto a este presente que tenemos
y al futuro que se presenta tan complejo.
«La selección de obras
documenta una realidad
muy dura, pero al
mismo tiempo está llena
de visiones sugerentes»