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Architecture
Museum
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Tras un largo proceso iniciado en 2009 con un concurso inter-
nacional, el museo que acogerá la nueva sede de la pinacoteca
escandinava abrirá finalmente sus puertas a finales de octubre. El
proyecto a cargo del estudio fundado por Juan Herreros, junto a
su socio Jens Richter, concibe el edificio no como un mero equi-
pamiento para salvaguardar y difundir la obra de Edvard Munch
sino como una revisión crítica de la tipología. El museo vertical
desempeña un importante rol urbano y desplaza así el centro de
gravedad de la capital noruega hacia su encuentro con el fiordo.
La visita se realiza a través de un recorrido ascendente desde el
vestíbulo (un espacio público que aloja usos lúdicos, comerciales,
culturales y de restauración) hasta la cubierta.
En este recorrido vertical el público descubre los programas
complementarios que reflejan la complejidad del conjunto: salas
de restauración, dependencias administrativas, una biblioteca o
un centro educativo. En el exterior, una piel ondulada de aluminio
perforado con diferentes grados de transparencia dota al volumen
de una imagen enigmática y evanescente, que reacciona a los leves
estímulos del clima ofreciendo un aspecto cambiante en función de
la hora o de la estación. Los principios de mínima huella de carbo-
no, sostenibilidad y reciclabilidad rigieron el proceso constructivo,
centrado en la experimentación y la innovación, y convertido en
un acontecimiento en sí mismo.
Expressionist Scream
Munchmuseet by estudioHerreros
La nueva sede del
Museo Munch revisa
la tipología museística,
y se erige como un
centro dinámico para la
cultura contemporánea
y como elemento
de cohesión para la
comunidad de Oslo.
The new Munch
Museum is a rethinking
of the museum
typology, and stands
as a dynamic hub for
contemporary culture
as well as a cohesive
element for the
community of Oslo.
After a protracted process that began in 2009 with an international
competition, the building will be the new home of the Scandinavian
museum when it finally opens at the end of October. The project,
commissioned to the practice of Juan Herreros and his associate
Jens Richter, conceives the construction not simply as a facility for
the safeguarding and dissemination of the work of Edvard Munch,
but as a critical revision of the museum typology. The vertical
volume has an important role to play in the urban fabric, moving
the Norwegian capital’s center of gravity towards its meeting with
the fjord. An ascending visitor route connects the foyer (a public
space featuring recreational, commercial, cultural, and hospitality
uses) to the rooftop terraces.
Along the way, museum-goers get an idea of the scheme’s com-
plexity from the complementary programs they come across: resto-
ration rooms, administrative offices, a library, an education center,
and so on. On the outside, an undulating skin of perforated alu-
minum with varying degrees of transparency creates an enigmatic
and evanescent image, reacting to slight climate stimuli through
an appearance that changes with the time of day and with the
seasons. The principles of minimal carbon footprint, sustainabil-
ity, and recycling all had a part in determining the construction
process, which, focused on experimentation and innovation, was
an event in and of its own accord.