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Photos: Miguel Galiano
brújula que no puedes ver porque está dentro
de tu cuerpo y que, al estar bien protegida,
no sufre la influencia perturbadora de los
campos magnéticos. ‘Brújula’ se refiere a mu-
chas cosas. Es algo que no está incorporado
en algo, sino que se construye a sí mismo,
algo que construyes tú desde la infancia y
la adolescencia, a través de la experiencia.
LFG: ¿Empezaste a construir esta brújula
interior en tu infancia? ¿Qué tipo de infancia
tuviste? Tu padre era constructor.
RP: Un pequeño constructor, no uno gran-
de, y esto supone una gran diferencia. Los
grandes constructores son gente de negocios;
los pequeños pisan el suelo real, son artesa-
nos. Mi padre tenía entonces diez o veinte
personas trabajando con él, y yo pasaba el
tiempo libre con ellos, en la obra, sentado
en la arena. Cuando creces en esa atmósfera,
empiezas a construirte una pequeña brújula
en algún sitio de tu interior, observando cómo
Entrevistado en la casa y taller de Punta Nave
en vísperas de su 80 aniversario, Renzo Piano
repasa con Luis Fernández-Galiano los co-
mienzos de su carrera y su última obra, el
Centro Botín.
Luis Fernández-Galiano: Muchas gracias
por recibirnos en tu casa, aquí en Punta Nave,
cerca de Génova, la ciudad donde naciste
hace casi ochenta años. Tu aniversario será en
septiembre, y este es quizás un buen momen-
to para repasar tu biografía. Recientemente,
un asteroide ha sido bautizado con tu nom-
bre. Sólo Buckminster Fuller había merecido
antes un honor semejante, cuando se le dio
su nombre a una molécula. Pero un asteroide
es mucho más grande, ¡cinco kilómetros de
diámetro!
Renzo Piano: Bueno, yo creo que todo el
mundo tiene una estrella en alguna parte.
LFG: Me decías antes que todo el mundo
necesita una especie de brújula interior, como
la de los barcos, que pueda guiarnos en la
vida. Yo diría que tus brújulas interiores son
los edificios, por un lado, y la gente, por el
otro. Construir para la gente. ¿Fueron estas
tus dos referencias de juventud?
RP: Empleo la palabra ‘brújula’ porque me
atraen los barcos, y me gusta la idea de una
El premio Pritzker Renzo
Piano (Pegli, 1937) y
el director de la revista
Arquitectura Viva, Luis
Fernández-Galiano
(Calatayud, 1950), se
reúnen en la casa aneja
al estudio del arquitecto
italiano en Génova.
The Pritzker laureate
Renzo Piano (Pegli,
1937) and the director
of Arquitectura Viva
Luis Fernández-Galiano
(Calatayud, 1950) meet
in Genoa, at the house
adjoining the studio of
the Italian architect.
las cosas se transforman en un edificio: la
arena, en un pilar; los ladrillos, en muros.
Pura magia para un niño de seis, siete u ocho
años. Todo esto se interioriza. Otra influencia
relevante fue el puerto de Génova, que es
una ciudad mágica, donde nada toca tierra:
los barcos flotan; los edificios levitan; y las
grúas… ¡todo vuela!
LFG: Pero, además de esas influencias, está
la de la familia. ¿Qué papel desempeñaron
tus padres? ¿Querían que fueras arquitecto?
RP: Bueno, mi padre era constructor, así
que me dijo que yo también debía serlo, aun-
que en realidad no le importara demasiado:
era un hombre tolerante. Le dije a mi madre
que quería ser arquitecto, y ella me respondió
que tendría que explicárselo a mi padre. Así
que hablé con él. ¿Por qué arquitecto?, me
dijo, puedes ser constructor; un constructor
es más que un arquitecto. Mi hermano, diez
años mayor que yo, también lo era. La verdad
es que yo no quería ser arquitecto, sino algo
distinto a ellos. Eso es lo que pasa cuando
tienes dieciocho años.
LFG: Así que dejaste a tu familia, dejaste
Génova, para irte a estudiar a Milán.
RP: Antes había ido a Florencia, que es
una ciudad hermosa, demasiado hermosa.
«Mi padre era constructor.
Yo pasaba el tiempo libre
con él, en la obra, sentado
en la arena»