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sación. Creo que también la arquitectura es
una suerte de conversación sobre el lugar,
la temperatura, el tiempo…
JH: En las catas, los vinos normalmente se
comparan verticalmente, es decir, el mismo
vino en diferentes años o, simplemente, di-
ferentes vinos de diferentes lugares. Para
los enólogos estas catas son un ejercicio
comparable al de los arquitectos cuando
visitan o fotografían edificios con el obje-
tivo de entenderlos mejor. Robert Parker,
el crítico de vino estadounidense, inventó
un sistema de puntuación que calificaba
los buenos caldos del 1 al 100. Este sistema
tuvo un enorme éxito y a su vez un enor-
me impacto económico en el mercado del
sector. Esto ha llevado a una parkerización
de los vinos, de forma que los que más se
asemejan al gusto del señor Parker reciben
mejores puntuaciones mientras que otros
vinos, también exquisitos pero más senci-
llos, recibirían calificaciones más bajas. Me
pregunto cuándo un sistema de puntuación
similar se introducirá en la arquitectura…
ET: Se trata de una simplificación. Al
puntuar un vino o dar un premio a un edi-
ficio se simplifica el modo en que la gente
se aproxima luego a ellos. Es más interesan-
te hacer el esfuerzo por entender cómo es
el edificio que realmente has disfrutado, y
cómo es el vino que realmente has probado.
La idea de disfrutar es importante. Un vino
muy barato, un vino sencillo, puede resul-
tar apropiado en ciertas ocasiones. Todo
el mundo recuerda las veces en que beber
un vino no es algo bueno en términos de
puntuaciones, pero sí increíble para ese mo-
mento determinado.
JH: Sí, es como descubrir en un edificio
anónimo o incluso banal un detalle que
te fascina y te llama la atención: un color
inesperado, un encuentro entre dos elemen-
tos contrarios, un olor repentino… Estas sor-
presas pueden ser muy gratificantes, y te
transmiten felicidad por un instante, porque
son situaciones muy personales, esos mo-
mentos son tuyos y sólo tuyos. Aparecen
y se vuelven reales a través de tu propia y
específica energía creativa.
«Al puntuar un vino
o dar un premio a
un edificio se esta
simplificando el modo
en que la gente se
aproxima a ellos y se
modifica la forma de
entenderlos»