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60 x 52 x 47 cm / 23 ½” x 20 ½” x 18 ½”
Limited edition of 2,000 pieces / Serie limitada de 2.000 piezas
Sculptor / Escultor: José Puche
Tea in
the Garden
El té
Until the beginning of the 19th century, tea was a popular
drink in the United Kingdom at any time of day. One
afternoon, after recovering from a sudden bout of weakness
with a cup of tea and some biscuits, the seventh Duchess
of Bedford began the habit of inviting her friends for a cup
of this delicious refreshment at five in the afternoon. The
custom soon caught on among the upper classes and so one
of the main challenges for Lladró artists was to reproduce the
refinement of this bucolic scene which reflects the unhurried
pace of this special moment.
The key to the realism and beauty of Tea in the garden
undoubtedly lies in the stage setting, throwing a special
spotlight on the main characters and the detailed decoration
comprising around 300 flowers. Some of them are entwined
around the arbor, posing a technical challenge for the experts
at the workshop, particularly during the firing process.
The costumes of the three ladies are profusely decorated
with embroidery and lace, rounding off a scene with up to
70 different colors. The focus of our attention is the table
covered with an embroidered tablecloth and the dainty little
tea set, a plate of biscuits and a vase of flowers, as well as the
fans two of the ladies hold in their hands. A unique moment
captured thanks to the mastery of the best Lladró artists.
Hasta principios del siglo XIX el té se tomaba en toda Gran
Bretaña a cualquier hora del día, pero fue la séptima duquesa
de Bedford quien, tras recobrar fuerzas una tarde gracias a una
taza de la popular bebida y unas pastas, instauró la tradición de
invitar a sus amistades a las cinco de la tarde para disfrutar de
este delicioso tentempié. En sus orígenes ésta era una costumbre de
las clases adineradas, y por eso plasmar su refinamiento era uno
de los principales retos para los artistas de Lladró, en una bucólica
escena que refleja la cadencia pausada de un momento especial.
Sin duda la clave del realismo y la belleza de El té es su puesta
en escena, en la que cobran importancia las protagonistas y
la cuidada decoración de su entorno: alrededor de 300 flores,
algunas de las cuales forman un complejo emparrado que plantea
un reto técnico a los expertos del Taller de Alta Porcelana de Lladró,
especialmente en el momento de la cocción. Los vestidos de las tres
damas están enriquecidos con bordados y encajes, completando
una escena en la que se cuentan unas 70 tonalidades. El centro
de atención es la mesa, en la que destacan las tazas, los platos,
la jarra y la bandeja llena de pequeñas pastas que están sobre la
mesa cubierta por un mantel bordado. También los abanicos que
sostienen entre las manos dos de las damas. Un instante único
captado con la maestría de los mejores artistas de Lladró.