204
205
“The righteous Lakshmi adorns her veils with the new sacred
signs” is how the Hindu goddess of good fortune, happiness
and beauty is described in the Ramayana, one of the great
Sanskrit epics of ancient India. And that is how the artists
at the Lladró High Porcelain workshops have depicted her,
decorated in accordance to her divine status.
Seated on a large lotus flower, the symbol of purity, Lakshmi
is revered as the Mother Goddess as she is the consort of
Vishnu, the Creator God in Hindu philosophy. Her four
hands symbolize the goals in human life: virtue or dharma,
passion or kama, wealth or artha, and liberation or moksha.
She is also the goddess of good fortune, of material and
spiritual prosperity, showering her devotees with gold coins
to bless them with her riches. This quality connects with
the ornamental abundance of the piece, ranging from the
splendid haloed crown to her luxurious robes, headdress and
jewelry as well as the floral decoration. Everything is highly
worked and defined in minute detail to underscore her
majesty. Even the nose-stud that Lakshmi is usually depicted
with has been reproduced here, though further embellished
with a high quality diamond, used for the first time in a High
Porcelain piece.
The fabrics of Lakshmi’s robes have been enriched at the High
Porcelain workshop with details of bird’s feathers, a typically
Indian decorative motif. The flower garland in several hues
is also particularly complex given the definition of each one
of its elements. In addition we have to add the lotus flower
buds she holds in her hands, symbolizing beauty, purity and
fertility. They are depicted and embellished following the
style seen in Hindu illustrations of this goddess, and the
difficulty may be appreciated in the ring of curved petals,
adding the note of sophistication Lladró’s masterpieces are
known for.
Another feature deserving special attention in this piece are
the bright colors used in the decoration, particularly the red
and gold, respectively symbolizing activity and prosperity.
The reds in her costume match the golden tones of the crown,
the trimming, and the bracelets, anklets, rings, necklaces
and earrings, while the deep blue provides a note of contrast.
Apart from this wealth of color, also worth highlighting is
the use of various decorative techniques, like the velvety
finish of the sash and the cushion on which the coins are
resting, or the metal luster in the golden-decorated parts, in
various tones, with a combination of gloss and matt finishes,
providing a myriad of nuances to the piece.
The expression on her face has also been carefully studied.
The pink complexion reflects compassion for all creatures,
and the soft make-up highlights the delicate feminine
features and the assertive gaze. In this work, the masters
in the Lladró workshops have succeeded in conveying the
profound spirituality of this goddess and her halo of divine
happiness. Even the pedestal has been conceived expressly
as if to replicate the steps of a temple altar, reinforcing the
image of this deity, so widely worshiped in Hindu homes.
GODDESS LAKSHMI / DIOSA LAKSHMI
“La justa Lakshmi adorna sus velos con los nuevos signos
sagrados”. Así se refiere a la diosa hindú de la fortuna, la
felicidad y la belleza el Ramayana, una de las grandes obras
épicas en sánscrito de la India antigua. Y así la han retratado
los artistas del taller de Alta Porcelana Lladró, adornada tal y
como corresponde a su divinidad.
Sentada sobre su gran flor de loto, símbolo de pureza, Lakshmi
está considerada la diosa Madre por ser la consorte de Vishnu,
el dios Creador en la filosofía hindú. Sus cuatro manos
representan las metas de la vida humana: lo correcto o dharma,
la pasión o kama, la riqueza o artha y la liberación o moksha. Es
además la diosa de la fortuna, de la prosperidad tanto material
como espiritual, y derrama sobre sus creyentes monedas de oro
para bendecirlos con su riqueza. Esta cualidad entronca con
la abundancia decorativa de la pieza, que abarca desde la
suntuosa corona con su halo, a los ricos vestidos, pasando por
el tocado, las joyas o la decoración floral. Todo está trabajado
y definido con gran lujo de detalles para subrayar su carácter
majestuoso. Incluso se ha recreado la incrustación en la nariz
con la que habitualmente se representa a Lakshmi, embellecida
con un diamante de máxima calidad, utilizado por primera vez
en una pieza de Alta Porcelana.
En el taller de Alta Porcelana se han enriquecido las telas de los
vestidos de Lakshmi con detalles inspirados en las plumas de
ave, un motivo decorativo típicamente indio. La guirnalda de
flores en varias tonalidades presenta también gran complejidad
por la definición con la que ha sido elaborada cada una de
las partes que la compone. A ello se unen los capullos de loto
que lleva en sus manos, en representación de belleza, pureza y
fertilidad. Están recreados y embellecidos al estilo de las que
aparecen en las ilustraciones hindúes que muestran a esta diosa
y su dificultad se aprecia en esa vuelta de pétalo que añade
el punto de sofisticación propio de las obras de la máxima
categoría de la marca.
Otro de los centros de atención de esta pieza son los vivos colores
empleados en su decoración, especialmente el rojo y el dorado,
símbolos de actividad y prosperidad respectivamente. Los rojos
de la túnica se combinan con los dorados de la corona, los ribetes
de su atuendo, así como en los brazaletes, tobilleras, sortijas,
collares y pendientes. A ellos se une un azul intenso que aporta
una nota de contraste. Junto a la riqueza cromática destaca
el uso de diferentes técnicas decorativas, como el acabado
aterciopelado del fajín y del cojín de las monedas; o el lustre
metalizado en las partes decoradas en dorado, en diferentes
tonos y con una combinación de acabados brillo y mate que
proporciona a la pieza multitud de matices.
También la expresión facial ha sido minuciosamente estudiada.
La piel rosada, que refleja compasión por todas las criaturas,
y el suave maquillaje, que destaca los finos rasgos femeninos
y la mirada asertiva. Los maestros del taller han conseguido
transmitir con esta obra la profunda espiritualidad de la diosa
de la belleza y su halo de felicidad divina. Incluso la peana está
pensada expresamente como simulando los escalones del altar
de un templo, lo que potencia la imagen de esta deidad tan
venerada en los hogares hindúes.