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01001973
74 x 70 x 53 cm / 29 ¼” x 27 ½” x 20 ¾”
Limited edition of 300 pieces / Serie limitada de 300 piezas
Sculptor / Escultor: Francisco Polope
Great Dragon
(golden)
Gran Dragón (oro)
El dragón simboliza a las fuerzas de la naturaleza, atrae la
protección divina, aleja a los espíritus malignos y concede segu-
ridad. Los artistas de Lladró nos muestran a este Gran Dragón
en varias versiones enroscado sobre sí mismo, una de las repre-
sentaciones más antiguas que se conocen de esta criatura. La
fiel reproducción de la ferocidad de su mirada nos trasmite la
fuerza y el poder de este ser mitológico.
El dragón dorado, conocido como K’uh Yuen o Rey Dragón,
es el que reina sobre todos los demás dragones. Simboliza el
éxito ante los nuevos retos y el logro de nuestras metas. Está
profusamente decorado con lustre dorado. La aplicación del
lustre es una de las técnicas decorativas más complejas de
Lladró, sobre todo porque, antes del pintado con el pigmento
metálico, hay que aplicar una capa de esmaltes, lo que
requiere una doble cocción de la pieza. Si a esto añadimos
el uso del rojo, un color de baja temperatura que también
precisa una segunda cochura, la dificultad se duplica. Los
cientos de escamas que recubren la piel están pintadas una a
una, respetando cada punto de color rojo, lo que requiere de la
pericia de los mejores artistas.
The dragon symbolizes the power of nature, attracts divine
protection, wards off evil spirits and provides safety. Lladró
artists show us this Great Dragon in various versions twisted
on itself, one of the oldest known forms of representing this
creature. The faithful reproduction of the fierceness of its gaze
conveys the strength and power of this mythological being.
The golden dragon, known as K’uh Yuen or the Dragon King,
over all other dragons. It symbolizes success in new chal-
lenges and achieving our goals. It is profusely decorated
with golden luster. Applying luster is one of Lladró’s most
complex decorative techniques, especially because a layer
of enamel must be allied before the metallic pigment, and
this entails a double firing. And if we then add the use of red,
a low temperature color that also requires a second firing,
the difficulty is even greater. The hundreds of golden scales
covering the dragon’s skin are hand-painted one by one, with
the additional complication of red dots of color, requiring the
consummate skill of the best artists.