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The High Porcelain version of The Kiss, inspired by the
famous painting by Gustav Klimt, is the result of a challenge
assumed by the High Porcelain Workshop team: to take to
its highest expression the ornamentation of its namesake
sculpture, one of the most successful pieces in Lladró’s
recent history, and to bring it as near as possible to the spirit
of Klimt’s masterpiece.
To fulfill this goal, Lladró artists meticulously studied the
work by the Viennese genius. Klimt’s palette, textures and
characteristic geometric motifs were the starting point for an
exuberant and baroque decoration full of movement and color.
The gold and silver metallic finishes were achieved by
using the highly delicate and painstaking traditional luster
technique. Gold luster in various tones (reddish, patinated
and gloss) and platinum luster provide the piece with a great
diversity of both matt and gloss finishes and textures. This
technique, absolutely new in Lladró work, further enhances
the sculptural details of The Kiss, endowing it with depth and
underscoring its perfect finish.
This fantastic work is also noteworthy for its inclusion of one
of Lladró’s greatest features: its porcelain flowers. Here we
see a large number of floral ornaments barely hinted at in the
previous version yet now fully integrated in the volume of the
sculpture. The green ivy leaves of the man’s crown, the bright
pink and yellow flowers of the woman’s dress, the countless
jasmine and bellflowers that envelop them and, above all, the
geometric flowers in the cloak. The luster finish gives them
the appearance of cast metal or of inlaid gold and silver.
The result is a superb combination of realism and passion
on one hand, and of an almost dreamlike fantasy on the
other. A symbol of spiritual and bodily human love, at once
real and idealized.
La versión en Alta Porcelana de El Beso, inspirada en el célebre
cuadro de Gustav Klimt, es el resultado de un reto asumido por el
equipo del Taller de Alta Porcelana: llevar a su máxima expresión
la ornamentación de la figura del mismo nombre, una de las
piezas de más éxito de la historia reciente de Lladró, y lograr así
un mayor acercamiento al espíritu del cuadro de Klimt.
Para conseguir este objetivo, los artistas de Lladró han estudiado
minuciosamente la obra del genial pintor vienés. La paleta de
colores, las texturas, los característicos motivos geométricos de
Klimt han sido el punto de partida para una ornamentación
exuberante y barroca, pletórica de movimiento y color.
Los acabados metálicos, dorados y plateados, se han logrado
gracias a una técnica decorativa tradicional, muy laboriosa y
costosa: el lustre dorado en distintos tonos (rojizo, patinado,
brillante) y el lustre de platino, que aportan a la obra una gran
riqueza de matices y texturas, tanto brillantes como mate. Esta
técnica, absolutamente novedosa en la obra Lladró, resalta
aún más los detalles escultóricos de El Beso, dotándolos de
profundidad y destacando su perfecto acabado.
Esta gran obra destaca además por una de las mayores
especialidades de Lladró: la técnica de las flores de porcelana.
Aquí aparecen en tres dimensiones muchos adornos florales que
en la versión anterior estaban apenas insinuados, integrados
en el volumen de la escultura. Las verdes hojas de hiedra en la
corona de él, las flores en vivos colores rosa y amarillo del vestido
de ella, las numerosas campanillas y jazmines de la guirnalda
que les rodea y, sobre todo, las flores geométricas metalizadas
sobre el manto. El acabado de lustre les da el aspecto de forjados
metálicos o de incrustaciones de oro y plata.
El resultado es una extraordinaria combinación de realismo
y pasión, por un lado, y de fantasía casi onírica por otro. Un
símbolo del amor humano carnal y a la vez espiritual, real y al
mismo tiempo idealizado.
THE KISS / EL BESO