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La representación de elegantes damas en floridos jardines
forma parte de una tradición artística que ha convertido
al romanticismo en un elemento fundamental de nuestra
cultura. En la pieza Jarrón damas de Aranjuez, Lladró retoma
esta temática y la eleva a la categoría de Alta Porcelana.
Jarrón damas de Aranjuez llama la atención sobre todo por
el complejo tratamiento de la profundidad. Cinco damas
sobresalen en relieve en el primer plano de este jarrón de más de
60 centímetros de altura, rodeándolo y creando cinco escenas
diferentes. En un segundo plano, se aprecia la profusa vegetación
de un jardín en flor. Y, en el fondo, se distinguen los arcos del
cenador que cubre a las damas. Un auténtico alarde a nivel
técnico por el elevado número de fragmentos de su composición.
A esta sensación de profundidad contribuyen enormemente
las técnicas decorativas empleadas por los artistas del taller de
Alta Porcelana de Lladró. En lugar del habitual uso de colores
en disolución, los detalles de las faldas, las flores, los bordados,
están decorados con pastas de pintar. Esto hace más compleja la
decoración de la pieza, realza su ornamentación y le otorga el
espesor o la transparencia necesarios para conseguir el realismo
de cada elemento. Así, mientras los vestidos están dotados de la
vaporosidad propia de la época, en las sombrillas la porcelana
se vuelve tan fina que su modelado reviste gran complejidad.
La gama cromática es otro de los valores añadidos de este
jarrón en el que cada dama está decorada con su propia
armonía de colores: azul, rojo, amarillo, verde y blanco. Incluso
la arquitectura se ha trabajado a nivel de blancos y grises,
embelleciendo el típico acabado de piedra de las habituales
representaciones de arcos. Una armonía de colores a la que se
une la abundante vegetación que rodea a las damas. Además
de los sauces del fondo, que ayudan a entender la profundidad,
destaca la decoración floral, trabajada a dos caras. Por una
cara, se aprecian especialmente las buganvillas, empleadas por
primera vez en una pieza Lladró. El otro lado está decorado
con rosas, un emblema de la marca y una de las variedades de
más difícil ejecución. Se aprecian también calas, así como flores
silvestres en dos maceteros, uno a cada lado, sumando un total
de seis variedades florales.
Coronado con una elegante tapa, este jarrón está barnizado
por dentro, por lo que la porcelana queda protegida en caso
de utilizarlo como florero. El resultado es una obra que merece
ser contemplada con detenimiento desde todos los ángulos.
Una pieza exclusiva para ser disfrutada con calma por el más
exigente amante de la Alta Porcelana.
Depicting elegant ladies in sumptuous gardens belongs to a
long-standing tradition in art that made Romanticism such a
key part of our culture. In Ladies from Aranjuez vase, Lladró
revisits this subject matter and raises it to the category of
High Porcelain.
Ladies from Aranjuez vase is particularly striking for the
complex treatment of depth. Standing over 60 cm tall, this
vase is surrounded by five ladies standing out in relief in the
foreground, creating five different scenes. In the background
one can notice the lush vegetation of a garden in bloom, and
further back, we make out the arches of the arbor providing
the ladies with shelter. A true virtuoso display of technique
due to the large number of fragments required for the
composition.
Absolutely instrumental in achieving this sense of depth
are the decorative techniques practiced by the artists from
Lladró’s High Porcelain workshop. In lieu of the customary
use of dissolved colors, the details of the skirts, flowers and
embroideries are decorated with painting pastes. This adds
extra complexity to the decoration of the piece, enhances
its ornamentation and provides it with the thickness or
transparency needed to achieve the realism of each element.
For instance, the dresses are full and billowing as one would
expect from the period, while the porcelain in the parasols is
so thin that modeling them is painstakingly complex.
The palette is another added value in this vase, with each
lady decorated in her own range of colors: blue, red, yellow,
green and white. The architectural elements have been
conceived in whites and grays to enhance the stone finish of
the typical arches. The harmonic coloring is complemented
with the lavish vegetation surrounding the ladies. Apart from
the willows in the background which help to provide greater
depth, the floral decoration is particularly outstanding on
two sides: one displays above all the bougainvillea, used for
the first time in a Lladró piece; while the other is decorated
with roses, a Lladró signature and one of the flowers most
difficult to reproduce. Also visible are calla lilies and wild
flowers in two flowerpots, one on each side, totaling six
varieties of flowers.
Crowned with an elegant lid, the vase is varnished inside,
thus protecting the porcelain for use as a flower vase. The
result is a work worthy of being admired in detail from all
angles. An exclusive piece to be thoroughly appreciated by
the most discerning High Porcelain lover.