Today we keep on trusting our craftsmen
like we did yesterday for they are profound
connoisseurs of a trade which is not taught at
school, but transferred within the fascinating
universe of the factory from one generation
to the next, as it has always been done.
We cannot think of a better guarantee for
our products: the experience granted by
accumulated know-how and the many years
dedicated to a job almost as old as human
civilization.
Inadvertently, or perhaps on purpose, we have
revealed our most intimate secret: the expert
hands of craftsmen. We cannot avouch that
we would not exist without them, but the story
would be completely different. That is for sure.
Hoy como ayer seguimos confiando en
nuestros artesanos, profundos conocedores
de un oficio para el que no hay escuela, que
se transmite en el fascinante universo de la
fábrica de generación en generación, tal y
como se ha hecho siempre. No se nos ocurre
mejor garantía para nuestros muebles que
la de la experiencia que otorgan el saber
acumulado y los años dedicados a un oficio
casi tan viejo como el propio ser humano.
Y sin querer, o quizás queriendo, hemos
revelado nuestro secreto más íntimo:
las manos expertas de los artesanos. No
podemos afirmar que no existiríamos sin ellos,
pero sin duda, la historia sería muy diferente.