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La ciudad de Szczecin fue alemana desde que en 1919 la región de
Pomerania quedó dividida entre Alemania y el nuevo Estado polaco
hasta 1945. Como tal, sufrió intensos bombardeos aliados durante la II
Guerra Mundial y perdió gran parte de su patrimonio urbano. La nueva
Sala Filarmónica recompone la esquina que ocupó la Konzerthaus
—el antiguo auditorio— desde su construcción en 1884 hasta que fue
alcanzado por una bomba. Facetada y topográfica, la cubierta recicla
el predominio de la verticalidad del antiguo edificio y su geometría,
evocando los tejados inclinados destruidos en aquel bombardeo, pero
el conjunto actual se distancia del pasado vistiéndose con una única
envolvente de vidrio blanca, tersa y traslúcida. En el interior, la exis-
tencia de un anillo perimetral que acoge todos los espacios de servicio
permite definir un gran vacío donde gravita la sala sinfónica para
1.000 espectadores, la sala de música de cámara para 200, un espacio
multifuncional para exposiciones y conferencias y un gran foyer. Las
circulaciones se resuelven con la creación de un paseo continuo que
conecta funciones y niveles. Desde el punto de vista compositivo, la
pureza formal dominante se rompe por el estallido de expresividad
que define la sala principal, en la que un motivo basado en la serie de
Fibonacci y cuya fragmentación aumenta con la distancia de la escena
da forma a un espacio ornamentado que, con su recubrimiento de
pan de oro, recuerda la tradición clásica. El auditorio gana el premio
al mejor edificio europeo (Mies van der Rohe) en 2015.
The city of Szczecin was German from 1919, when the region
of Pomerania was divided between Germany and the new Polish
state, up to 1945. As such, it suffered heavy Allied bombings dur-
ing World War II, and lost much of its urban heritage. The new
Philharmonic Hall reconstructs the corner on which the Konzer-
thaus was built in 1884, to serve as Szczecin’s main concert hall
until it was reached by a bomb. The new building takes after its
predecessor in the geometry of its roofs and the predominance of
the vertical form, but distances itself from the past by taking on
a luminous glassy skin. Inside, the existence of a perimeter ring
accommodating all the service spaces made it possible to create a
large void for a symphonic hall seating an audience of 1,000, a
chamber music hall for 200, a multipurpose space for exhibitions
and conferences, and a huge foyer. The circulations are resolved
through the formation of a continuous promenade connecting
functions and levels. From a compositional point of view, the
dominant formal purity is broken by the explosion of expressivity
that defines the main hall, where a motif based on the Fibonacci
sequence and whose fragmentation increases the distance from the
stage gives shape to an ornamented space which, with its gold leaf
coating, recalls classical tradition. The auditorium has recently
received the 2015 Mies van der Rohe European Union Award for
Contemporary Architecture.
Barozzi Veiga in Poland,
a Musical Iceberg
Mies van der Rohe Award 2015
Architecture
Building
1
Como si fuese una
esquirla de glaciar
varada en el corazón
de la ciudad polaca de
Szczecin, el edificio dota
de carácter a un entorno
muy castigado por los
bombardeos de la II
Guerra Mundial.
Like a glacier splinter
trapped in the heart
of the Polish city of
Szczecin, the building
gives character to an
area that was much
destroyed by bombings
of the Allied air forces
during World War II.