62 C 02
Didi Textiles es una iniciativa de la modista
Veronika Lena Lang y la arquitecta Anna He-
ringer en colaboración con Dipshikha, una
organización para el desarrollo de Bangla-
desh. El proyecto tiene como resultado una
serie de prendas de vestir, hechas totalmente
a mano, y cosidas siguiendo sistemas textiles
tradicionales del norte de Bangladesh, donde
se encuentran los dos pueblos en los que se
producen estas piezas.
Made in Bangladesh
Actualmente, 4,2 millones de personas, sobre
todo mujeres, viven de la fabricación de tex-
tiles en el país. El objetivo que este sector
persigue es el de alcanzar los estándares glo-
bales de calidad y condiciones laborales o, en
otras palabras, el producir económicamente
una camiseta perfectamente estandarizada
en condiciones seguras de trabajo. Este ob-
jetivo deja de lado, sin embargo, el valor
artístico y cultural de los tejidos tradicio-
nales, y la importancia del trabajo manual
del país, que probablemente desaparecerá
en favor de las nuevas tecnologías en los
próximos diez o quince años. Este proyecto,
una cooperación germano-bangladesí entre
mujeres artesanas y diseñadoras y una ONG
para el desarrollo de estos pueblos dedicados
al textil, quiere demostrar la viabilidad de un
made in bangladesh alternativo: participa-
tivo, sostenible, descentralizado, basado en
las tradiciones textiles locales y enfocado a
la mejora de la calidad de vida de quien lo
produce.
Patrones de familia
En la Bangladesh rural, cada mujer recibe de
su familia un sari cada año, conmemorando
la principal fiesta musulmana o hindú. Una
vez pasa la festividad, los saris se reciclan
para convertirlos en mantas: hasta seis capas
Anna Heringer, en
colaboración con
Veronika Lena Lang y
una ONG de Bangladesh,
desarrollan un proyecto
para mejorar la economía
y calidad de vida de las
mujeres trabajadoras de
las zonas rurales del país.
Anna Heringer, teamed
up with Veronika Lena
Lang and a Bangladeshi
NGO, have launched a
project to improve the
economic situation and
the quality of life of
working women in rural
areas of the country.
de estos saris de algodón se cosen juntos a
mano por las mujeres del pueblo (de esta
historia nace el nombre del proyecto: «didi»
significa hermana). Con el uso diario, al cabo
de los años, las capas se van gastando dejan-
do entrever las telas interiores y mostrando
una textura vibrante y llena de color, textura
que además relata la historia de la familia.
Cuando estas mantas están casi inservibles
es cuando el proyecto comienza, convirtien-
do esos restos en nuevas prendas de vestir,
con un corte contemporáneo.
Ecología
Los saris viejos que componen el material
crudo de la colección son recogidos en bi-
cicleta y son lavados a mano con un jabón
ecológico y agua calentada con colectores
solares. Todo el proceso prescinde de la elec-
tricidad y se utilizan máquinas de coser de
pedal, muy extendidas en las zonas rurales
del país.
Además, este proceso requiere una gran
cantidad de trabajo manual. Se evita vo-
luntariamente cualquier material sintético
y cada paso de la producción (el suministro
de materiales, el patronaje, la manufactura,
el control de calidad final...) se hace local-
mente. Para el transporte sólo se utilizan
bicicletas y la única contaminación produ-
cida es la que supone el envío a Alemania.
Cada pieza individual es tan exclusiva
que las prendas nunca se podrán adherir a
las modas efímeras, y podrán tener así una
vigencia de años en lugar de semanas. La
«4,2 millones de personas,
sobre todo mujeres, viven
de la fabricación de textiles
en Bangladesh»