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EA: La sorpresa es esa. No es la pregunta,
es la respuesta. Hay muchos conceptos que
han aparecido en arquitectura en los últimos
diez años, como la sostenibilidad, la huella de
carbono cero… y ninguno tiene una respuesta
sorprendente. Es como si la mayoría de las
soluciones fuesen para maquillar el problema
más que para solucionarlo.
WM: Estoy de acuerdo en lo que dices,
pero entretanto no podemos olvidar lo que
ocurre, porque ahí sí que aparecen esos ele-
mentos sorprendentes de los que hablamos.
Vemos cómo en Ámsterdam ha sido posible
construir un puente de acero impreso en 3D,
y cómo evoluciona esta misma técnica utili-
zando hormigón. Sí se echa en falta que ese
nuevo hormigón pueda ser conglomerado o
aglomerado con procesos que no produzcan
CO2 y que, además, sean reversibles.
EA: Y que se pueda pagar, porque el factor
económico siempre está detrás.
WM: ¡Si eso pasase sí que sería una sorpre-
sa! Lo positivo está en que estas cuestiones
requieren de una arquitectura innovadora
que pueda encontrar respuestas.
EA: Las respuestas no van a venir de las
imágenes, como es tan habitual hoy en día,
sino de soluciones que puedan hacernos ver
que el problema real está resuelto y podemos
pasar al siguiente. Tengo la sensación de
que en la arquitectura hemos creado más
problemas de los que podemos resolver. Nos
pasamos el día resolviendo cuestiones que no
son solo constructivas, sino que tienen que
ver también con la durabilidad o la economía
de los medios. Pero, al final, todo el trabajo
acaba conteniéndose en una hoja de Excel.
WM: Sí, pero pienso que aún hay oportuni-
dades para crear esa arquitectura sorprenden-
te. Hay dos tipos de hojas de Excel: la primera
domina tu trabajo de forma que lo único que
haces es rellenarla; la segunda tiene espacios
en blanco, abiertos a la conversación y a la
negociación. Hoy existen algunos inversores
que prefieren trabajar sobre la segunda, cono-
cen sus márgenes, pero quieren ir un paso más
allá, innovar y destacar, por eso se dedican
a esas casillas en blanco. Y eso nos da cierta
flexibilidad para trabajar.
EA: Esa casilla vacía debe ser rellenada
con ideas que nos permitan aportar un valor
añadido a lo meramente banal o pragmático.
WM: No solo es banal, sino que está hi-
percompuesto. La primera hoja Excel muestra
todo lo que ya está hecho, está cerrada. Por
eso hay que apostar por las casillas en blanco,
porque es lo que da autenticidad a la arqui-
tectura, es donde uno puede inventar.
EA: Exacto, a eso me refería. No es tanto
rellenar con ideas, sino con inventos. Pero
no es sencillo encontrar ese intermediario,
que es el que en realidad maneja las tablas,
que tenga suficiente cultura o poder de diá-
logo para entender cómo mejor ocupar esos
espacios vacíos.
«Pienso que aún hay
oportunidades para
crear esa arquitectura
sorprendente»