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Photos: Miguel Galiano
La redacción de la revista Arquitectura Viva,
en Madrid, acoge la conversación entre Luis
Fernández-Galiano y Antonio Lucas, en la que
repasan sus intereses literarios y la importan-
cia de la poesía en su trayectoria y sus textos.
Luis Fernández-Galiano: No sé si sabes que
hay muchos arquitectos que citan a poetas y
los usan como una herramienta de inspiración.
Antonio Lucas: Tú mismo, por ejemplo.
Acabo de leer un texto tuyo en el que hablabas
de Aleixandre, de Machado…
LFG: Sí, tienes razón, aunque en este caso
yo me considero más un escritor usando a
otros escritores, tiene menos mérito. Me refe-
ría a arquitectos que construyen.
AL: Hay una complicidad, principalmente
de lenguaje, entre la arquitectura y la poesía.
Ambas disciplinas comparten conceptos abs-
tractos, voluminosos, como vacío, espacio, luz,
forma… Son parte de la práctica arquitectónica
y, naturalmente, también de la poesía. A la
hora de dar cuerpo a una serie de emociones
o perspectivas del mundo construir el lugar
es el primer indicio de lo arquitectónico y lo
poético. La emoción que puede sentir un poeta
ante una construcción física, ante una forma
concebida con intención puramente utilitaria,
puede ser, más allá de lo icónico, el principio
de una emoción, de un sombro, de una duda.
Y lo mismo sucede con el arquitecto ante el
poema: está viendo levantar un idioma que
puede ser paisaje, refugio, alero desde el que
arrojarse. Forma parte de nuestra emoción el
mirar, y sentir, y descubrir cómo algo se cons-
truye desde la nada y adquiere entidad. Un
poema también es un ejercicio de arquitectura.
LFG: Ha habido algún arquitecto poeta,
pero no muchos. Miguel Ángel era uno, con
sus extraordinarios sonetos. Aunque es ver-
dad que los hombres del Renacimiento eran
arquitectos, pero también artistas, literatos…
AL: Miguel Ángel tenía unos excelentes
epitafios en cuartetos de enorme calidad. Son
un buen ejemplo de poesía del Renacimiento.
Ahí está la voz de un poeta.
LFG: Es, sin embargo, algo que no en-
contramos tan habitualmente en el siglo xx,
donde se da una cesura mayor. Aunque hay
un poeta arquitecto que es catedrático de es-
tructuras en Barcelona, Joan Margarit.
AL: Así es. Un poeta de línea clara, de len-
guaje directo, muy cercano y limpio, aunque
también hábil en el juego de luces y sombras.
Pienso ahora en otro artista realmente inten-
so, el escultor Eduardo Chillida, también con
formación de arquitecto, que escogió como
lema de su obra un verso de Jorge Guillén: «Lo
profundo es el aire». Rafael Moneo también
es un buen lector de poesía y en algunos de
sus conceptos teóricos asoma esa predilección
suya por algunos poetas. Es decir, si bien no
hay tantos arquitectos poetas, sí existen vasos
comunicantes entre unos y otros.
LFG: En Los desengaños mencionas a una
serie de poetas que imaginas que están pre-
sentes en tu escritura de forma capilar, entre
ellos a T.S.Eliot o Ezra Pound. ¿Los lees en
inglés o en castellano?
AL: Los leo en español. Soy torpe con los
idiomas y lo lamento. Leo buenas traduc-
ciones, pero me pierdo mucha intensidad y
calambre en el trasvase. Pound y Eliot son
dos poetas incalculables. Me interesa más
Eliot que Pound. Me seduce el proyecto casi
El arquitecto y director
de Arquitectura Viva,
Luis Fernández-Galiano
(Calatayud, 1950) y
Antonio Lucas (Madrid,
1975), poeta y periodista
de El Mundo, se reúnen
en Madrid para hablar de
poesía y arquitectura
The architect and director
of Arquitectura Viva,
Luis Fernández-Galiano
(Calatayud, 1950) and
Antonio Lucas (Madrid,
1975), poet and journalist
of El Mundo, meet in
Madrid to talk about
poetry and architecture.
«Ambas disciplinas comparten
conceptos abstractos,
voluminosos, como vacío,
espacio, luz, forma… »