140 C 2020
día alguien nos contó cómo era la tecnología
que se utilizaba, y quedé fascinado. Tanto
que viajé a las fábricas de Checoslovaquia
para aprender más. Entonces, como extran-
jero, estaba prohibido entrar en las fábricas,
porque existía mucho espionaje industrial,
pero finalmente lo conseguí, y obtuve mu-
chos catálogos e información. Para acor-
tar la historia, esto me llevó a hacer varias
exposiciones, muchas de ellas en Estados
Unidos. En uno de mis viajes allí leí que
había fallecido William Wyler, y pensé que
se trataba del cineasta Billy Wilder. Yo sabía
que Billy Wilder tenía una gran colección de
piezas de madera curvada, así que me puse
en contacto con la familia para ver si podía
comprar alguna de sus piezas.
MSC: Así que llamaste a la familia.
AVV: Así es, llamé y me cogió un hombre
muy extrañado. Le di el pésame, le expliqué
quién era y qué quería, pero pronto me
interrumpió para decirme que él era Billy
Wilder, y que no, no estaba muerto. Me
preguntó si tenía papel y boli y me dictó
una dirección para que acudiese. Fue así
como nos conocimos y acabamos siendo
buenos amigos. Una de las primeras cosas
que hizo fue presentarme a Ray Eames, que
me ayudó mucho en los principios de Bois-
buchet porque, entre otras muchas cosas,
fue la que me puso en contacto con Rolf
Fehlbaum, director de Vitra, con quien tra-
bajé durante muchos años.
MSC: Recuerdo que cuando nos conoci-
mos, estabas trabajando en la creación del
Vitra Design Museum, y yo, que aspiraba a
ser un becario en el proyecto y que además
no tenía ni idea de diseño, me quedé fas-
cinado por la pasión con la que hablabas
no sólo del futuro proyecto de Vitra, sino
también de Boisbuchet, que entonces no era
más que un montón de naves agrícolas. Pero
tú, que eras especialista en crear colecciones
para museos y organizar exposiciones, ¿en
qué momento decidiste cambiar el enfoque
hacia los talleres?
AVV: Está muy relacionado con mis orí-
genes. Siempre había querido continuar con
el trabajo en grupo que había empezado en
Hamburgo, y quería que esta experiencia,
que dio forma a mi vida, pudiese vivirla
mucha más gente. Así que aquí, de nuevo,
volvemos a unir el pasado y el futuro.
«Siempre me interesó aprender
no sólo de los objetos, si no
también de las personas que
había detrás de ellos»