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no ha sido siempre fácil. En 2015, cuando las autoridades de Zúrich
encargaron 62 unidades destinadas a solicitantes de asilo, se encon-
traron con que no podían usarlos porque existía «riesgo de incendio».
«Los refugios nunca fueron diseñados para cumplir la normativa
de incendios suiza —declara al respecto Märta Terne, implicada en
el proyecto— y tampoco para ser utilizados intramuros, como las
autoridades de Zúrich querían. El mundo de la ayuda humanitaria
no sigue los mismos estándares de seguridad que los aplicados en
Europa a edificios permanentes de hormigón o piedra. Pero sí hay
reglas estrictas sobre la distancia que debe dejarse entre un refugio y
otro, y en ningún caso se permite cocinar dentro de ellos.»
El Dr. Tom Corsellis, presidente de la ONG Shelter Center, se quedó
impresionado después de haber visto el comportamiento in situ de los
refugios en Irak y Grecia: «En el mundo de la ayuda humanitaria, la
innovación por parte de empresas privadas a menudo está mal vista.
Existe la sensación de que quieren colocarnos gadgets y aparatos
inútiles. Pero el Better Shelter supone una mejora verdadera, gracias
a su flexibilidad, que lo convierte en el único refugio de este tipo
que uno puede levantar con sus propias manos. Es lo suficientemente
grande para que los niños puedan hacer los deberes dentro y para
que los adultos puedan utilizarlo como base para emprender algún
negocio. Hace posible una vida sencilla y digna.»
E Ikea promete que los kits vienen con todas las piezas.
Este artículo se publicó por primera vez en el periódico The Guardian.
Del módulo, que cuesta
1.250 dólares y está
compuesto por una
estructura de acero, paneles
de polipropileno y un
panel fotovoltaico, se han
instalado 16.000 unidades
en Nepal, miles en Irak y
cientos en Yibuti.
The module costs
US$1,250 and consists
of a steel frame,
polypropylene panels,
and a photovoltaic panel.
As many as 16,000 have
been put up in Nepal,
thousands in Iraq, and
hundreds in Djibouti.