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en cuestión las cosas e innovar. Así que,
para mí, los proyectos más interesantes son
aquellos en los que nos hemos enfrentado a
los prejuicios. Por ejemplo, antes de nuestro
Banco de Hong Kong, todos los rascacielos
consistían en un anillo de espacio útil en
torno a un núcleo central macizo. Puse esta
convención en cuestión, y el resultado fue
reinventar el edificio en altura, rompiendo
el núcleo y desplazando los fragmentos a los
bordes de un espacio diáfano, desde el cual
se podía mirar en todas las direcciones. Esto
permitió crear un lugar mucho mejor para
trabajar, haciéndolo más estimulante para
los usuarios del edificio.
El proyecto de Hong Kong surgió en la
misma década, la de los años 1970, que nues-
tro edificio para Willis Faber en Ipswich.
Las innovaciones de este último edificio lo
hicieron socialmente más adecuado, y le
dieron la flexibilidad para integrar la nueva
tecnología digital sin tener que recurrir a un
nuevo programa.
La historia de Stansted, el tercer aero-
puerto de Londres, es también una historia
de innovación o reinvención. Buscando una
nueva generación de terminales aeroportua-
rias, le dimos literalmente la vuelta al mo-
delo tradicional para crear una alternativa
radical que, desde entonces, se ha convertido
en norma para otros diseñadores de aero-
puertos a lo largo y ancho del mundo. Este
modelo aspira a devolver al usuario el placer
y el atractivo del viaje en avión, además de
mejorar su eficacia operativa.
Podría darte otros ejemplos de nuestros
trabajos que han sido revolucionarios, aun-
que, en realidad, la mayor parte de nuestros
proyectos merezcan el nombre de evolutivos.
En otras palabras, son proyectos construidos
sobre otros previos y pioneros, o desarrollos
adicionales de modelos preexistentes. A una
escala épica, el aeropuerto de Pekín es un
buen ejemplo de ello, pues fue posible sobre
la base de Stansted y los logros intermedios
del aeropuerto Chep Lap Kok de Hong Kong.
En respuesta a tu pregunta, también po-
dría mostrar los vínculos entre los intereses
de mi época de estudiante respecto a las
tradiciones anónimas de la arquitectura y
nuestras obras más recientes, en lugares
tan alejados como los viñedos de Burdeos,
el desierto de Arabia, África e incluso el es-
pacio exterior. Todos estos ejemplos buscan
mejorar las condiciones del hoy, pero yendo
más allá de las fronteras de lo convencional
o lo posible, para servir a las necesidades
del mañana. ¿No es acaso este un logro
significativo?