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El mundo produce hoy más alimentos de los que consume, pero 800
millones de personas pasan hambre. Estas cifras, y por supuesto el
hecho de que la gastronomía es una de las fortalezas de la cultura y
la economía de Italia, explican que la exposición universal que acoge
desde el pasado 1 de mayo Milán tenga como lema ‘Alimentando el
planeta’. Pero, más allá del compromiso ético implicado por el tema
escogido, la Expo es también un espectáculo festivo y amable donde
casi un centenar de pabellones compiten por seducir con sus arqui-
tecturas y sus contenidos, aunque, de hecho, muy pocos se ocupan
de los dilemas agrícolas y energéticos suscitados por el desafío de
alimentar a una humanidad en explosión demográfica, y la mayoría
prefiere presentar los productos nacionales y la cocina regional. Sea
como fuere, el recinto de la Expo, de unas 110 hectáreas y situado a
16 kilómetros del centro de la ciudad, está estos días abarrotado de
un público que visita uno tras otro los 55 flamantes pabellones nacio-
nales (entre ellos el de España de b720), y 41 temáticos, organizados
de acuerdo a un esquema poco convencional concebido por Herzog
& de Meuron y que, a diferencia del de otros eventos análogos, está
regido por el sentido común: en lugar de las incómodas e insoste-
nibles organizaciones dispersas típicas de estos eventos, la muestra
sigue un esquema inspirado en la ciudad mediterránea, denso y de
escala humana, cuyo argumento principal son dos calles cubiertas que
hacen las veces de cardus y decumanus de un campamento romano.
Today the world produces more food than it consumes, and yet 800
million people go hungry. Figures of this nature, and of course the
fact that gastronomy is one of the strongholds of the culture and
economy of Italy, explain the ‘Feeding the Planet’ theme of the
Universal Exposition that opened in Milan on 1 May. But beyond
the ethical commitment the chosen motto involves, the Expo is also
a festive and friendly spectacle where almost one hundred pavilions
vie to lure visitors with their architecture and their contents, though
in fact only a few tackle the agricultural and energy dilemmas posed
by the challenge of feeding a growing human population, and most
of them have preferred to present national products and regional
cuisine. Nevertheless the Expo enclave – an area of 110 hectares
situated approximately 16 kilometers from the city center – has since
opening day been brimming with people visiting, one after the other,
the 55 brand new national pavilions (including Spain’s, designed
and built by b720 Arquitectos) and 41 thematic ones, organized in
accordance with a non-conventional scheme by Herzog & de Meu-
ron and that, unlike in other analogous exhibitions, is governed by
plain common sense: the uncomfortable and unsustainable dispersed
arrangements usual in events of this kind give way to a layout in-
spired in the Mediterranean city of density and human scale, with
two covered streets serving as axes, in the manner of the cardus and
decumanus of Roman military camps.
The pavilions at
Expo Milano 2015
Feeding the Planet
Architecture
Expo
1
«Alimentando el
planeta» es el lema de
la exposición universal
que se celebra en Milán
hasta octubre de 2015:
una feria arquitectónica
compuesta por 55
pabellones nacionales y
41 temáticos.
“Feeding the Planet”
is the motto of the
universal exposition
open through 31
October in Milan:
an architectural fair
graced by 55 national
pavilions and 41
thematic ones