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tónicas, permitiendo además que el arquitecto controle el proceso de
construcción hasta el más mínimo detalle, toda vez que los criterios
constructivos, funcionales y formales se entrelazan de manera tan
estrecha que pasan a depender unos de otros.
El verbo latino ‘computare’ significa ‘poner en relación entre sí
varios objetos diferentes mediante una función general’. De manera
análoga, la relación entre el diseño, la construcción y la fabricación
podría hoy sintetizarse bajo el paraguas del término ‘fabricación
digital’. La arquitectura se convertiría así en la expresión directa de
su propio proceso de fabricación, eludiendo la tradicional distinción
tectónica y estructural entre la construcción y la fabricación. Desde
esta perspectiva, es posible siempre asociar elementos materiales
discretos a cada uno de los requerimientos funcionales de un edificio,
por mucho que éstos se incrementen. En este contexto, los sistemas
de diseño algorítmico permiten una manipulación selectiva de los
datos de fabricación con los cuales el material puede llegar a confi-
gurarse de acuerdo a sus propiedades o requerimientos funcionales,
algo que es muy necesario cuando se ensamblan una gran cantidad
de pequeñas piezas en un todo más grande. Los elementos materiales
individuales pueden cualificarse así con información que puede mejo-
rar su rendimiento, lo que se traduce en un diseño más complejo en el
que la fabricación aditiva robotizada define y encripta las relaciones
materiales y estructurales que se dan entre los diferentes elementos,
operando con conjuntos cada vez mayores de información.
Sin embargo, no todos los elementos de la artesanía tradicional —en
los casos arriba mencionados, los propios de la cultura constructiva
suiza— se pierden en este proceso. Muy al contrario, la artesanía
puede actualizarse en una fabricación robotizada en la que pueden
integrarse los antiguos códigos —basados en sencillos principios de
conexión—, pero evitando la expresión repetitiva y modular de los
sistemas constructivos tradicionales.
Este método permite el diseño variable pero eficiente de estruc-
turas singulares con diferentes materiales, cuya ejecución se dis-
tingue de los métodos de fabricación estandarizados, que resultan,
en ocasiones, muy rígidos. Las investigaciones llevadas a cabo por
Gramazio & Kohler permiten la integración de un amplio rango
de parámetros de diseño, adaptándose fácilmente a las diferen-
tes geometrías y requerimientos constructivos. En esta estrategia
—que se vincula con la semperiana Gestaltwerdung (‘proceso de
configuración’)— el diseño tradicional se sustituye por una visión
holística donde los datos técnicos, estructurales y materiales están
interrelacionados. Esta visión da cuenta de la fuerza transformadora
que el giro digital (digital turn) podría suponer para la disciplina
arquitectónica. Por supuesto, esta nueva perspectiva no debe ser
ni una panacea unilateral ni una retórica ideológica, sino el ger-
men de una ‘materialidad digital’ concebida como una concepción
comprensiva de lo digital en la que el diseño, la construcción y la
fabricación no formen parte del reino abstracto de la geometría y de
la mera información sino de esa Gestaltwerdung a partir de la cual
la propia materialidad de la arquitectura pueda transformarse. Las
fronteras arquitectónicas entre la computación, la construcción y
la fabricación podrían así empezar a disolverse, dando lugar a una
nueva ‘cultura del diseño’ (Antoine Picon) donde podría cristalizar
el potencial creativo de nuestra época.
El curso de la escuela
ETH de Zúrich Procedural
Landscapes explora los
procesos de diseño y
fabricación de paisajes.
Se utilizan materiales
sin forma como la arena
conectados a máquinas
controladas digitalmente.
The ETH Zurich
course Procedural
Landscapes explores
the design processes
and the fabrication of
landscapes. Formless
materials like sand are
connected to digitally
controlled machines.