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Vicent Martinez
En Copenhague, y sentado en un taburete tradicional de diseño anónimo
danés, recibí un correo del Consejero Salvador Villalba solicitándome un
texto sobre el proyecto Capdell. Casual y curioso que ese día acababa de
estar en el Museo del Diseño Danés.
Había visitado la legendaria sala: 110 sillas, y su colección icónica, donde se
ven en perspectiva los diseños daneses en contraste con otros internacionales.
Una completa historia del asiento, donde las diferentes culturas manifiestan
su creatividad.
En la vida es permanente el uso de sillas y mesas. En casa, en la escuela, en
el restaurante, en el bar, en los juegos, en la universidad, en la oficina o en los
viajes… y en estos escenarios encuentro a Capdell.
Veo sus sillas y mesas, que hablan de su recorrido y evolución; de su tiempo,
de sus diseñadores y de las historias que han vivido.
Ellas hablan de la tradición ebanista de Valencia, de la evolución de la
sillería allí donde se fundó Capdell, que a través de siglos de historia está
presente hoy en todos los continentes.
Veo a Capdell comprometido con el diseño, con la cultura y el gusto por el
trabajo bien hecho, cultivando un sentido contemporáneo que no olvida la
tradición de la ebanistería.
Alcanzar 50 años produciendo sillas es un logro que solo se consigue cuando
existe equipo de diseño y de proyecto industrial. Sumarme como diseñador
al proyecto de Capdell, donde se vive la pasión por el diseño, me alegra e
ilusiona después de mi largo recorrido como diseñador, editor y productor.
Pensar en la marca Capdell es pensar en diseño y en producto bien hecho,
… Es pensar en continuar sentando historias.